viernes, enero 27, 2006

Tal para cual

Como no hay manera de que me hagan ustedes los deberes, me he visto en la obligación de actuar (viene de aquí).

Atentos a la canción:



-El mío sí que es un trabajo de mierda- le dijo el Diablo a la Muerte. Sentados en la mesa de un bar, hablaban los dos con una cerveza delante. Mientras ella se la bebía a lentos sorbos y escuchaba al Diablo, él manoseaba la suya y le arrancaba nerviosamente los restos de etiquetas que se empeñaban en quedarse pegados.-Tu trabajo es sencillo. Una Lista. Recibes tu puñetera lista cada día y te limitas a buscar al desgraciado y llevártelo contigo por las buenas o por las malas. Te lo llevas. No hay vuelta de hoja. Todo el mundo sabe que no se puede escapar de tí. Yo, en cambio ya no sé qué hacer...
- El mal. Lo que tu haces es "El Mal".
- ¡Ja! ¿Y me puedes decir qué diablos es "El Mal"?- respondió desesperado el diablo. Y viendo que a ella se le escapaba una sonrisa mientras no apartaba la vista de su cerveza, le espetó - No te rías ¿quieres?
- Venga hombre. Tú al menos tienes un trabajo creativo. Tienes que idear tus maldades, tus tentaciones, tus sobornos... Siempre innovando, sorprendiendo... Sin embargo yo estoy sumergida en esta rutina que me está volviendo loca. Como tú dices, nadie puede escapar de mí y eso es rabiosamente aburrido. Estoy completamente desmotivada. Este mes he dejado ir ya a dos mamarrachos. Sí, sí. Has escuchado bien. Dos tipos a los que les había llegado su hora se han librado de mí. ¿Un error? No, que vá. Simplemente me aburría. Preferí ver como se sorprendían de seguir con vida y agradecían el milagro. ¡Ja! ¡Milagro! Ni siquiera se imaginan que es porque me aburro. Claro que tampoco se imaginan que muy pronto volveré a buscarles. Tampoco quiero tener problemas ¿sabes? Todo tiene que seguir su orden. Así es y será. Pero que quieres que te diga. A veces a mí también me apetece cambiar algo esta maldita rutina y ver la cara que se les queda cuando voy a buscarlos y apenas han empezado a saborear su nueva vida regalada.
- Eres mala.
- Venga. Deja de lamentarte ya, por favor. Resultas patético. Cualquier idiota daría su brazo derecho por hacer lo que tú haces.
- ¿En realidad crees que es tan sencillo? ¿Crees que la idea del mal es eterno? ¿Crees que es universal? Mira chica, no existe el "Manual del buen diablo". No hay una guía que te dé los 10 pasos para ascender en el averno. Todo aquello que hoy es malvado, mañana será el pan de cada día. Sí. Siempre hay cuatro taraos que llevan el mal en su interior, es mi trabajo crearlos y dejarlos a su libre albedrío, pero querida, la gran parte de mi trabajo consiste en hacer que aquellos que se consideran buenas personas vayan poco a poco cayendo de mi parte. Y eso amiga mía se está haciendo cada vez más complicado. El nivel de individualismo al que llegan estos patanes es tal que apenas consigo que sientan un leve arrepentimiento después de que la hayan cagado. Y te aseguro que a veces me sorprendo de lo hijos de puta que pueden llegar a ser algunos y que a su vez duerman tranquilos por las noches. O sea, que las buenas personas ya están en extinción. ¿Me quieres decir qué tengo que hacer entonces? La gente no tiene ni conciencia colectiva, ni solidaridad, ni nada. Están completamente deshumanizados. Son putas máquinas de sobrevivir. Lo único que hace que no me desmorone es que el enemigo lo tiene igualmente jodido. No veas el alboroto que tienen allí arriba. Acaban de hacer reformas para meter a no sé cuántos millones de almas y aún están esperando que lleguen las primeras. Rodarán cabezas, te lo digo yo.
- ¿Lo dices por mí?
- Te estoy hablando en serio.
- Vale. Vale. Tranquilo. Piensa que sin que tengas que hacer demasiados esfuerzos, siempre habrá más almas que caigan de tu parte. Te lo digo yo, que veo sus caras justo antes de dar el salto. La gente parece estar deseando hacerte visitas allí abajo.
- Sí. Ya. ¿Y crees que eso me hace felíz? ¿Y dónde está la autorealización? ¿Qué hay del placer por el trabajo bien hecho? ¿Y mi ego? ¿Qué hago con mi ego? Recuerdo el día en que cada victoria, me arrancaba una carcajada que podía oirse durante décadas. ¿Y ahora? Ahora vivo en una apatía contínua...
- Oye. ¿Y si lo dejamos? ¿Dimitimos? ¿Nos... rebelamos?
- ¡Sssssh! ¡Calla insensata! ¿Estás loca? ¿Quieres que nos jodan vivos?
- Vamos hombre. Tú eres El Diablo y yo La Muerte. La Muerte ¿me oyes? ¿Quién coño va atreverse a jodernos?
La mirada de ella se había vuelto fría como el hielo y el Diablo no pudo más que mirar hacia otro lado, la leve sonrisa que empezaba a asomarse ahora por la comisura de los labios de la Muerte no ayudaba nada.
- Podríamos hacer grandes cosas tú y yo... -continuó ella hablando más para sí que para aquel que se sentaba delante- Mano a mano... No podría detenernos nadie... ¿Qué te parece?
- ¿Eso quiere decir que ya no vamos al cine?
- Ains...no sé... La verdad que hoy la peli tenía buena pinta.
- Venga. Acábate esa cerveza y aniquilamos todo esto otro día.

2 comentarios:

Lince dijo...

oh sielos, maldito sea mi frikismo.
mira que lo he intentado, pero no me ha sido posible evitar leer todo el texto imaginándome a la muerte tal y como la pinta Terry Pratchet en "Mort" y el diablo como "el diablo Robot" de FUTURAMA.
usté cree que esto es serio?
mis respetos pues, el texto es bueno, felisitasiones ;)

abrazos a tutti plen

kancerbero dijo...

Que nooo. Que no es bueeeno. Que ya lo seee. Escribo pa practicar nada más.

Y lo de Terry Pratchet... Sí, empieza a ser un problema xD