lunes, octubre 31, 2005

A borbotones

Un dia tonto, de no hacer nada... o intentarlo al menos. Un dia de horas lentas y pensamientos múltiples.
Un nuevo día en el que mi "menos yo" se esfuerza en darme una patada en los huevos. Lo único que lo impide ahora mismo es que no sé qué haría luego.
Este baile de sensaciones absurdas, de frases demoledoras a la vez que retóricas e inútiles que me vienen una y otra vez. Y total para nada...
Este gusanillo en el estómago otra vez y yo sin ser capaz de entender su idioma. Cansado de tenerlo ahí durante tantos años, apareciendo de vez en cuando y aún no tengo ni idea de lo que intenta decirme el jodido.
Palabras que se pierden en... en... Donde sea que se pierdan las palabras de los blogs.

-¿Cansancio?
-No.
-¿Rutina?
-No. Tampoco.
-Esto...¿Amor?
-Ni de coña.
-Pues ni zorra, oiga.
- A mí me lo vas a decir.

De todas formas tengo ganas de reír. No de sonreir estúpidamente. No. Qué va. De reír a carcajadas. A borbotones. ¿Se puede reír a borbotones? Por supuesto que sí. Yo estoy a punto de hacerlo.

martes, octubre 18, 2005

Octavio Paz

Allá, donde terminan las fronteras, los caminos se borran. Donde empieza el silencio. Avanzo lentamente y pueblo la noche de estrellas, de palabras, de la respiración de un agua remota que me espera donde comienza el alba. Invento la víspera, la noche, el día siguiente que se levanta en su lecho de piedra y recorre con ojos límpidos un mundo penosamente soñado. Sostengo al árbol, a la nube, a la roca, al mar, presentimiento de dicha, invenciones que desfallecen y vacilan frente a la luz que disgrega.

Este tío era la puta caña.

Es curioso como después de haber leído esto unas cuantas veces a lo largo de mi vida, ahora y sólo ahora, lo entiendo. En realidad nunca he sido demasiado bueno interpretando textos de poetas, pero casi que me alegro de tener esta discapacidad. Te permite redescubrir cosas continuamente.

lunes, octubre 10, 2005

Damos asco

Por las aguas del estrecho flotan claveles negros...

No dejo de ver dia sí dia también noticias acerca de nuestras queridas fronteras sureñas. Las alambradas que separan el hambre del paraíso hace ya mucho tiempo que me sacan de quicio.
Damos asco porque la única solución que encontramos para arreglar nuestros problemas con las vallas fronterizas en Ceuta y Melilla, es augmentar el numero de metros de altura de éstas. Damos asco porque mientras los subsaharianos (Término bastante infeliz, por cierto. Me gustaría saber cómo nos sentaría que los franceses nos llamasen a partir de hoy subpirenaicos) se apiñen en el monte Gurugú y no les dé por intentar escapar del hambre, la disentería y la miseria en general, aquí no hay ningún problema. Pero si resulta que empiezan a matarse/matarlos en el intento, eso ya no es tan fácil de acallar y hay que hacer algo. Solución: Complicarles más la vida.
Ahora el drama está en esa frontera. Cómo si el que miles de negros floten en el estrecho de Gibraltar todos los años no fuese lo bastante dramático. Pero como eso ya está muy visto, casi que da igual.
Ahora ya el colmo de la deshumanización pasa por cojer a aquellos que han visto su tentativa frustrada y dejarlos a 2.000 km de nuestra frontera, sin agua ni comida, en medio del desierto y largarse de allí. Genial. Valientes hijos de puta.
No quiero entrar a especular en qué coño pasaría si borraramos de un plumazo todas las fronteras. Pero sí que podriamos empezar a pensar en darles oportunidades y enriquecer sus paises en vez de explotarles y negarles sus derechos. Porque no olviden que el problema de que ellos se mueran de hambre es única y exclusivamente nuestro. De nuestro mundo desarrollado. De nuestro estado del bienestar.
Y cuando digo que damos asco me incluyo por supuesto, porque tampoco soy capaz de encontrarle una solución y no puedo dejar de sentirme culpable. Lo siento. De veras que lo siento.

Sí, señores. Tenemos nuestro propio muro de la vergüenza.

"Por las aguas del estrecho
flotan claveles negros..."