jueves, diciembre 29, 2005

Prison



La música destroza tus oídos mientras caminas con fuerza. Mirando al frente, a ningún sitio. Alguien choca en la calle contra tí pero ni siquiera te dignas a girarte para escuchar lo que seguramente te estará diciendo ese malnacido.
Nadie será capaz de apartarte de tu camino y si lo intenta serías capaz de matarlo.
Subes un poco más el volumen por que te ayuda a no pensar. Porque pensar duele.
Las manos apretadas dentro de los bolsillos de la chaqueta, clavándote las uñas contra las palmas. Te gusta sentir ese dolor porque te ayuda a no pensar. Porque pensar duele.

Te paras ante un semáforo y piensas que podrías seguir caminando. Un simple coche en la Gran Vía no sería capaz de detenerte, no te haría un sólo rasguño. Y si te lo hace te dará igual, al menos te ayudará a no pensar. Porque pensar, ahora mismo, te duele.
Tu vida ahora mismo es un puto videoclip infernal en el que tú eres es único protagonista. Y estás jodido. Pero no dejarás que nadie te aparte de ese éxito. No dejarás que nadie te devuelva a la realidad porque en esa realidad piensas y pensar duele.

Sabes que dentro tuyo hay algo que cruje pero no vas a dejar que ellos lo sepan. Sabes que hay un monstruo que crece con el silencio, que se alimenta de esos ratos en los que tu cerebro se empeña en funcionar. Conoces muy bien a ese bicho. Le has visto la cara muchas veces y no quieres saber nada de él. Sabes que se oculta en la oscuridad de tu mente para saltarte a la yugular en cualquier momento de debilidad. Sin embargo ahora no lo conseguirá. Estás en pie de guerra y nada, absolutamente nada, puede contigo.

Puedes oir como tiembla de miedo durante ese segundo entre canción y canción y una sonrisa se afila en tu mejilla.

Vente conmigo a mi infierno. Vente conmigo si te atreves. Hay sitio para todos.

9 comentarios:

kancerbero dijo...

joder, escribo como el puto culo, oiga. xD xD

Anónimo dijo...

Discrepo con el comentarista de arriba, oiga. ;-)

Y lo bueno de conocerse es que uno encuentra las claves para poder pelear contra sus propios monstruos internos. Asi las batallas a lo mejor no están ganadas, pero al menos están un poco de nuestro lado, que siempre es algo.

Lince dijo...

nada, nada.
por mucho que yo le quiera, respete y venere, señor kancerbero, el acumular mala hostia y masticarla, el desear reventar cabezas ajenas, el intentar no pensar porque duele y el reconocer el bicho ese gordo que vive feliz dentro de nuestro lado oscuro es una puta mierda.
nos afectan las cosas en tanto en cuanto les demos más de nosotros.
a mi ya me da igual el rencor, la provocación, el silencio o el insulto.
sólo interesa lo que tienes, lo que vives y lo que te despega del suelo cuando sonries.
toda la basura al contenedor, pero no con rabia, con rencor, con vergüenza o con autocompasión (que bien sabe señora, eche dos cucharadas más) sino con sentido común, porque estar sorbiendo de la copa que envenena es gilipollas lo mires por donde lo mires.

evidentemente esto me lo digo a mi, no a ti, pero me funciona este blog para darme cuenta de algunas cosas que no sé o no quiero ver.

te debo más y más cañas.

kancerbero dijo...

A ver, un momento:

Primero. Creo que como teoría es fantástico vivir sin pensar en aquello que nos acecha de noche. Pero no funciona. Sigue ahí hasta que ... hasta que...Mierda. Seguirá ahí siempre. Únicamente conseguiremos que se haga chiquitín, del tamaño de un ácaro, mientras seamos plenos, o casi plenos y nuestras necesidades vitales (anímicas se entiende) estén cubiertas. Sin embargo, en cuanto flaqueas, ese hijoputa se alimenta con una voracidad tal que multiplica su tamaño tanto, que apenas cabemos ya dentro nuestro.

Creo que es más como dice Bruja. Quédate con su cara. Reconócelo en cuanto lo tengas delante y aún no sea demasiado grande, agárralo por los huevos y oblígale a que silve la canción del colacao mientras aprietas con todas tus fuerzas.

No se engañe, señorita Lince, sí me lo está diciendo a mí, o en todo caso también me lo está diciendo a mí. Sin embargo no se preocupe, me encanta. O como acostumbro a decir ya con demasiada frecuencia con voz de psicópata vicioso "Me duele pero me gusta". Ya lo sabe. No se corte.
Por último, avisar a aquellos de que, intentar utilizar este blog como diván psicológico es más peligroso que ponerse a rebufo de Nikki Lauda. Allá ustedes, nos veremos en el psiquiátrico.

Y por supuesto....Gracias.

Lince dijo...

que vaaaaaaaaaa
para nada, discrepo, oiga, discrepo.
coger lo que sea por los huevos (lo que sea, incluso a nosotros mismos) y pegarle dos bofetadas no sirve más que para generar rencor.
decía Osho (que es un tipo que se parece a Bin Laden y escribe libritos para ayudar a pensar, o al menos a mi me ayudan) que cuando uno tiene rencor o rabia o un sentimiento negativo tiene dos opciones:
volcarlo contra alguien y conseguir una reacción en cadena (no seamos tan burros de no considerarnos a nosotros mismos como alguien que la cagamos)
o mirarlo, contemplarlo y simplemente dejarlo estar. si hay que sacarlo que sea haciendo masa de pan o caligrafía o dibujitos o figuritas con plastilina.
pero por experiencia el vomitar y sobre todo el vomitarse uno mismo encima es desesperante, te agota, te deprime y te deja en los huesos.

y para que cuando flaqueemos no nos ataque y nos deje hechos papillas hay que hacerse amigo de él, normalizarlo, no saber que lo tenemos y alimentarlo y sentirnos absurdamente orgullosos de eso tan gordo pelúo y grande que tenemos dentro que si lo sacáramos... ay, si lo sacaramos temblaría Roma o Santiago o todo a la vez.

paz, hermano ;)

te quiero mil.

kancerbero dijo...

Usted hágase amiga de sus fantasmas, que yo aplicaré la siguiente máxima con los míos: "¿Para que vamos a discutir de nada si podemos arreglarlo a ostias?".
A lo mejor tú si conoces la fórmula de como tener a tu "Casper" particular. De cómo conseguir que ese odio hacia las cosas que no sabes resolver, a las situaciones de las que no sabes salir, salga de tu habitación y duerma en el sofá. Pero yo no. Tengo que aguantar sus ronquidos que no me dejan dormir. Tengo que verle todas las mañanas en el espejo y no me gusta su cara... Pero en fin, es parte de mí y le quiero. Sólo funciona a ostias, pero le quiero.
Sé que de vez en cuando me hace una visita. Vuelve de ese limbo mío en el que caben mil y un espectros diferentes y que ya no recordaba tener y se sienta a ver la tele conmigo.
Sé a ciencia cierta que no desaparecerá en la vida. Que volverá.
Quizá mantener la guerra abierta no sea la mejor alternativa pero al menos me sirve para tener un enemigo conocido y mantenerme más o menos alerta.
Creer que has acabado con tus miedos y que te despiertes una mañana abrazado a ellos es demasiado frustrante como para pasar por ello más veces.
Aunque la verdad es que estaría bien convivir con tus fantasmas. Mientras recojan los pelos de la ducha, podría intentarlo.
Pensaré en ello.

yo también te quiero, jipi mía;P.

Lince dijo...

deberíamos sacar un hilo de esto...

decía la Twiggy que el momento en que te das cuenta de que ya no puedes más es cuando te ves vomitando y llorando al mismo tiempo.

igual es lo que pasa, que cuando algo hace pupa nos acostumbramos a ello y luego pasa a ser incluso parte de nosotros y luego la pupa es un arañazo y luego una escara y luego un cancer (nada que ver con kancer, oiga)

y yo no es que no quiera morirme, pero no quiero que acabe conmigo un cáncer, que todo el rencor y la rabia me lleven un día de la mano y me sienta de puta madre por haberle reventado la boca a alguien.

prefiero normalizar, no esconder, no mentirme a mi misma, no, pero caray! hacer un querer, al menos. plantearme que no me gusta mi lado negativo y pensar que puedo con él y que se va a ir, que ya está yendo.. que ya se fué y solo me quedan sonrisas.

besaaaaazos.

kancerbero dijo...

No sé. Yo ahora mismo me siento bien con mi lado negativo. El que conozco. Porque también hay un lado conocido que no conozco. Un lado que aparece de repente y piensas "Mierda, este tipo de depre no la había visto antes".
Quizá ahora sea capaz de reirme de mis fantasmas porque aún son pequeños. Quizá aún puedo caer más y entonces podrán conmigo pero creo que no. Creo que me han pasado ya tantas cosas (suena a tópico y seguramente lo sea) que he aprendido que todo está dentro de tí. Que tienes que salir de tu propia tumba antes de que la sellen. Que los problemas viven siempre dentro de mentes inquietas y la mía sin duda lo es. Así que no creo que los destierre jamás. Quizá cambien, quizá los problemas maduran con uno y cambian de aspecto.
No sé. Creo que aprendo a mirarlos un poco por encima del hombro y a perderles un poco el respeto.
Si eso es a lo que llamas "normalizar", estamos deacuerdo amiga mía.

También es verdad que hay fantasmas que sólo con escucharlos acercarse a lo lejos le dejan a uno petrificado y con la mirada ausente. A esos, sinceramente, prefiero hacerles frente sólo cuando sea estrictamente necesario. Siempre pierdes algo cuando "juegas" con ellos. Esos sí que dan miedo.

Supongo que todo es cuestión (una vez más) de quererse a sí mismo. Pero eso es tan jodidamente difícil...

Y sí. Esto debería ser un hilo.

Ernesto dijo...

el caracter agresivo y el fortísimo de este tipo de canciones no alivia su simplicidad armónica rallana en la deficiencia mental, su monotonía, su escacez total de detalles interesantes, en fin, los defectos que siempre se ven en la música comercial.