Los ciudadanos de pro abogan una y mil veces por el diálogo, por hacer entrar en razón a nuestra clase política en favor de unas mejoras sociales que nos llegan con cuentagotas. Nos desgañitamos intentando cambiar las cosas con la palabra democracia en una mano y tolerancia en la otra. Sabemos cuál debería ser la forma correcta de hacer las cosas. Pero lo siento señores. Los poderes fácticos han anulado esas vías. Nuestros votos no son nuestras acciones sino una legitimidad para su impunidad. Los caminos que nos tienden están enmarañados de burocracia y hastío. Nuestra voz nunca llega más allá. Tan sólo fingen escucharnos cuando de ello depende una elección cercana. ¿Hasta cuándo piensas tolerarlo? ¿Cuánto tiempo piensas seguir agachando la cabeza autoconvenciéndote de que este mundo es el mejor posible? Ellos no velan por ti ¿a qué esperas para darte cuenta?
Se reparten el pastel, se preocupan por la escasez de su petroleo, por la enfermedad de su gallina de los huevos de oro mientras millones de personas (millones!!) mueren por el hambre y la guerra todos los años ante nuestras cámaras de televisión. Para mantener su status, para continuar con su tren de vida.
Y tú, tú que puedes sentirte afortunado por pertenecer al primer mundo, tan afortunado que casi te sientes culpable, eres el único que puede hacer algo. Tenemos los medios para hacernos oír. Tenemos las herramientas para influir.
Puedes seguir pensando que esto no servirá para nada pero también podrías levantarte y hacerte oír.
Piensa que hay mucha gente en el mundo, la que peor lo está pasando, que no tiene los medios para que se escuche su voz. Nuestros gobiernos exprimen tanto los recursos naturales como a su clase obrera, convirtiéndonos en simples "consumidores". Máquinas de generar dinero que difícilmente repercute en nuestro beneficio.
Hay un momento en el que todo esto nos rodea con una irrealidad inaguantable. Un surrealismo que nos aboca dentro de nuestra ignorante inocencia de bienestar hacia un mundo no sostenible. Una carrera suicida en la que solidaridad y humanidad han quedado sólo a merced de aquellos que no tenemos poder para llevarla a cabo. Sin embargo somos muchos. Somos muchos más que ellos y tenemos mucho más poder. Algo que pretenden ocultarnos conscientes de que cualquier día todo puede volverse en su contra. Nos mantienen asustados con sus medios de comunicación como colaboradores. Nos mantienen atados con un nivel de vida de esclavitud sin final. ¿Y nosotros? ¿Qué podemos hacer nosotros?
No callar!
A ver si sirve de algo, coño. Despertad y haceros oír. No hagáis que pierda definitivamente la esperanza en vosotros.
viernes, febrero 23, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Que conste que te he copiado el vídeo. Lo siento, es que me pareció digno de transmitir :P. ¡Un beso!
Publicar un comentario